<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d10145450\x26blogName\x3dGritando+en+un+vac%C3%ADo.\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://corazonyhielo.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3den_US\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://corazonyhielo.blogspot.com/\x26vt\x3d-4934432050558187328', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
Gritando en un vacío.
Sunday, November 07, 2004
Marfil y Humo (pt2)
Las espirales de humo penetran mis ojos, provocando lágrimas. La volteo a ver de nuevo, y las lágrimas y el calor de alguna manera me forman ese nudo en la garganta, y segundos después, más lágrimas salen de mis ojos, pero esta vez no son las espirales lo que las provocan, sino el choque del frío y el calor en mi interior; Lloro. Lloro porque contigo se va cualquier posibilidad de alguna vez ser feliz, y en mí no existe otra razón para existir que no sea darte toda mi alma. Lloro porque sé que en unas horas ya no estarás, y no tengo idea de cuándo te vaya a volver a ver; me crece una intensa angustia, al pensar que la respuesta a la última pregunta es nunca. Recuerdo cuando solías decirme que me amabas. Recuerdo esa primera vez que con lágrimas en los ojos y la voz ahogada lograste devolverme ese te amo. Recuerdo la luz de felicidad que irradiábamos cuando caminábamos juntos, y recuerdo cómo esa felicidad contagiaba a todos a nuestro alrededor, incluso a tus padres. Recuerdo esa vez que abrimos nuestros ojos al sol, por primera vez, juntos, abrazados sobre la arena, y recuerdo ese beso que me diste agradeciéndome el momento. recuerdo cómo cada vez que me hablabas, en mi mente entendía que me estabas diciendo lo mucho que me amabas, y cómo entendías que yo estaba diciéndote lo mismo en cada respuesta. Cada uno de estos pensamientos me provoca cada vez más y más tristeza. En la oscuridad y el aparente silencio de la habitación, lo único que podría ver o escuchar eran las lágrimas que rodaban por mi cuerpo, y ni siquiera podía; sólo sentirlas. el fuego se apaga de nuevo. siento la densidad del humo que asfixia, así que titubeo antes de encenderlo de nuevo, pero finalmente lo hago. Creo que me iré antes que ella. no puedo pensar qué sería más doloroso, si levantarme e irme mientras ella está aún dormida, y así sufrir observándola mientras me alejo, o dormir y despertar sin ella a mi lado, sin haber tenido la oportunidad de despedirme de ella; o aún peor, despertar y encontrarla aún a mi lado. La duda que provocaría esto último sería más difícil de superar; el no saber si se quedará, o cuánto tiempo más estará conmigo, el no tener la certeza del tiempo que permanecerá ella a mi lado. ¿Qué hacer entonces? El irme en ese momento implicaría el remordimiento que provoca, al pensar que tal vez las cosas habrían podido terminar mejor, o por lo menos de manera diferente. Y creo que no soportaría verla partir, no se qué locuras intentaría para hacer que se quedara. Se me está terminando el tiempo, la habitación comienza a aclararse con el alba. Ahora puedo distinguir a la perfección las sábanas abrazando su delicada piel, y el contorno de su figura que provoca las sombras que bailan sobre la cama. Me levanto lentamente y con mucho cuidado, para ir a sentarme a una silla que se encuentra a espaldas de la ventana. La habitación continúa iluminándose cada vez con más fuerza, aumentando mi preocupaci+on y los dolores que siento en mi estómago. Volteo a ver el reloj con cierta repugnancia, como si lo odiara más que a nada en el mundo; y en ese momento estoy seguro que lo hago. La volteo a ver a ella, y en su cara está formada la sonrisa más hermosa que recuerdo haber visto...
 


Comments: Post a Comment

Up | Down | Top | Bottom
archivos...
September 2004
October 2004
November 2004
April 2005
November 2009


links...

- Powered by Blogger